Un día hice un títere de dedo y me gustó. Hice otro. Y quedé atrapada por la posibilidad de jugar con la diversidad, sumergirme en las infinitas formas en que una persona/títere puede ser.
El acento se fue corriendo del papel como material en sí mismo al banico de expresiones, personalidades, miradas. Empecé a probar distintos materiales y si bien el papel maché sigue siendo la base de mis trabajos, también empecé a usar pasta de modelar. Y a agregar detalles en tela y otros materiales.
Y como siempre me importaron los nombres (de todo: de las calles donde viví, de los chicos que me gustaban, de las escuelas a las que fui…) aquí estamos, con una tienda que refleja más fielmente el devenir de las cosas.
En estos meses Pelpa me ha dejado varias lecciones (creo que) aprendidas:
-Ser constante trae sus frutos. Para alguien que es tan volátil con sus ideas y proyectos, ésta ha sido el mejor aprendizaje
-No hay que ser perfecto en el arte. Es más importante tener algo que decir, y eso surge de haber vivido, de la historia de vida de cada uno. Además, es en la imperfección donde la gente puede ver mi huella, ahí estoy yo y eso es maravilloso.
-El mundo es grande, hay lugar para todos! Siempre me pregunté cómo yo podía osar hacer “arte” habiendo sobre este planeta artistas tan virtuosos. Ahora me pregunto cómo pude olvidarme de que lo importante es disfrutar lo que hago.
-No hay edad para aprender. No es una cuestión de años, sino más bien de paciencia, dedicación y humildad. Y dura toda la vida.
Espero verlos por mi nuevo blog/shop/flickr...
And this is the big news: we’ve moved (my puppets and I). New year, new shop. And new blog! Pelpa started as an experiment, an attempt to make objects from recycled paper. Any kind of object.
Once I made a finger puppet and I liked it. Then I made another one. And I felt captivated by the possibility of playing with diversity and the many ways a person/puppet can be.
The emphasis went from the paper itself as a material, to the range of expressions, personalities, gazes. I started to try different materials and added clay, fabric and more.
And because names have always meant a lot to me (names of everything: streets where I lived, guys I liked, schools I attended…) here we are, with a shop that better represents the fate of things.
Over this time Pelpa has taught me a few lessons:
-Being constant has its rewards. To someone as volatile as me when it comes to ideas and projects, this one has been the best learning process.
-You don’t have to be perfect in art. It is more important to have something to say. Actually it is in imperfection that people can see a trace of me, that is where I am, and that’s wonderful.
-The world is big, there is room for everyone! I used to wonder how I could dare to make “art”, with so many virtuoso artists all over the Earth. Now I wonder how I could forget that the important thing is enjoying what you do.
-Learning has no age. It is not a matter of age, but patience, dedication and humility. And it lasts your whole life.
Hope to see you in my new blog/shop/flickr…